
¿Loco o poseído?
Descaradamente culpable del pecado capital más grave: el orgullo, también conocido como soberbia (del latín «superbia»). No hizo falta nada más para estimular nuestro ego exorbitante. Fabricado en oro blanco enriquecido con paladio y engastado con exactamente 600 preciosos diamantes blancos y zafiros azules, el Excalibur Superbia presenta un continente realmente extravagante para alojar el emblemático calibre de Roger Dubuis: un nuevo movimiento con Doble tourbillon volante, el RD108SQ. Una vez más, esta complicación extrema dominada por unos pocos relojeros reinventa el juego como nadie lo había hecho hasta la fecha.

Un estreno mundial demencial
Sumamente brillante. El exceso del Excalibur Superbia no se debe ni a su aleación ni al número de piedras con las que está engastado: lo que lo hace realmente atrevido es que cada piedra engastada en el realce, el bisel, la caja y la corona tiene forma de tetraedro y está engarzada con un engaste invisible sobre superficies curvas. Jamás ningún joyero ni relojero se ha atrevido a engastar una pieza de esta forma, por lo que queda claro que nadie ha estado nunca tan loco ni ha sido tan ambicioso como para hacerlo en un reloj masculino. Hasta ahora. En esta obra maestra en la que la complejidad del motivo supera cualquier norma conocida, los maestros artesanos de la Manufactura lograron una increíble proeza.
“El Excalibur Superbia es como una máquina del tiempo que puede transportarnos a un mundo extraordinario en un instante.”

La infernal forma del tetraedro
La noción de imposible es totalmente ajena a Roger Dubuis, cuyo reto era simplemente monumental. No solo había que dar forma de tetraedro a cada piedra, sino que el motivo estaba diseñado de forma que cada una de las 238 piedras de la caja del Excalibur Superbia tuviera una forma distinta. Y, por encima de todo, el as en la manga definitivo del reloj está en el ranurado. Un proceso meticuloso y rompedor que lleva a cada engastador hasta 900 horas de trabajo para engastar los tres lados de los 600 diamantes, más 420 horas para engastar la caja y el bisel, y eso sin contar siquiera el tallado de las piedras.

Una encarnación para vivir la vida al límite
Porque recordar que has de morir es recordar que has de vivir. Un hiperreloj para una hipertribu, el Excalibur Superbia es la demostración de la existencia de una mentalidad común centrada en la idea de vivir la vida hasta el extremo y con la máxima intensidad. Siguiendo la gran tradición de los relojes de bolsillo memento mori, y como recordatorio de que nuestro paso por la Tierra es breve y debe colmarse de placer, locura y libertad infinitos, el movimiento del Excalibur Superbia porta la inscripción secreta «Memento mori», un detalle que, sin lugar a dudas, supone la manera más fascinante de disfrutar de la hiperrelojería.